Para quienes seguimos contando los años por cursos académicos es este un mes intenso. Tras las vacaciones, mas o menos largas y siempre conscientes del privilegio de disfrutarlas, nos llenamos de propósitos para el nuevo curso. No son de la misma clase que los de Año Nuevo. No se si os pasa, pero para mi los de septiembre están relacionados con objetivos profesionales y los de enero son mas personales.

Empezar un nuevo curso significa nuevas responsabilidades académicas y afrontarlas con ilusiones renovadas. Repasar mi Proyecto Docente, el Programa de las asignaturas a impartir, la metodología a seguir… son tareas que por repetidas no pierden novedad. Implica todo ello no perder de vista que lo que de verdad es absolutamente distinto es el alumnado. Significa estar abierta a lo que el día 24 de septiembre (comienzo oficial de las clases en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla) encontraré en cada Aula y acogerlo con ganas, con fuerza y, por qué no, con cariño. Vamos a pasar un cuatrimestre o el curso entero, dependiendo de la asignatura, compartiendo Aula, tiempo, materia y estudio. Y una cuestión que me preocupa especialmente es su trabajo personal, su esfuerzo. Deseo saberlo valorar y que se refleje en la calificación final porque estoy convencida de que es como verdaderamente se aprende. Hoy tienen todo, o al menos mucho, al alcance de sus dedos. Eligen al profesorado en base a la puntuación que este tenga en webs en las que comparten opiniones sobre el mismo, se pueden”fabricar” los cursos a la medida de sus aspiraciones, mas o menos créditos, mas o menos exigencias…

Con todo lo bueno que eso significa, parece a veces que no confían en el fruto de su esfuerzo y hacerles comprobar a lo largo de los meses que este tiene su recompensa no es fácil. Cuando hasta los apuntes de clase están en una web, tomados por otra persona, e incluso otro curso, sin contrastar y sin criterio propio, convencerles de que lo importante es escuchar, leer, trabajar, estudiar y aprender…es tarea ardua. Enseñar a valorar el esfuerzo propio, la capacidad de creación, elaboración y síntesis, la autoría de sus apuntes, prácticas y trabajos como fruto de su intelecto y todo ello incluso antes de que estudien Propiedad Intelectual o plagio, son objetivos e intenciones que, hoy por hoy, renuevo con fuerza cada curso. Podría parecer que no corren buenos tiempos para todo esto y es por ello por lo que pondré mas ahínco.

En este esfuerzo agradezco la compañía de personas decididas a que cada día la Universidad sea un poco mejor. La educación supone la mayor inversión de futuro. “POR UN PLANETA 50-50 EN 2030” debemos poner nuestro esfuerzo responsable en esos pequeños pasos hacia una sociedad integrada por personas sin miedo a vivir en igualdad. De la mano de masmujeres confío en que el curso que estrenamos traiga nuevas oportunidades de avanzar hacia este objetivo mundial al que todos estamos llamados.

¡Feliz curso!

Ana Serrano

Profesora de Derecho Civil en la Universidad de Sevilla, trabaja en la presentación próximamente de su tesis. Es colaboradora habitual de organizaciones como Proyecto Hombre, Fundación Mary Ward y es la Secretaria de la Asociación foro masmujeres.

One thought on “UNIVERSIDAD: APRENDER A PENSAR, por Ana Serrano.

  1. Me encanta tu reflexión Ana. Mi primer trabajo fue la docencia. Me gusta muchísimo enseñar esas cosas que domino y que al compartirlas de pronto crecen, se convierten en caminos nuevos…que ya no dominas…un estímulo que te impulsa a aprender más…Me apasiona y veo que a ti también. No cambies

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