Hace tan solo unos meses que clausurábamos el curso del foro masmujeres mediante un encuentro virtual, y tuvimos la oportunidad de compartir cómo estábamos viviendo esta etapa de confinamiento y de parálisis en gran medida. Después hemos disfrutado de días de descanso, campo, pueblos, playas, y los menos, viajes, que nos han deparado otra percepción de las cosas importantes de la vida.

Y ahora, seguimos, seguimos, porque la vida continúa, inexorablemente, como ya determinaba Heráclito quinientos años a.c. afirmando que todo cambia y nada permanece, y gráficamente lo expresó con su famoso “nadie se baña dos veces en el mismo río”, porque nosotros cambiamos a la vez que el río fluye.

Así seguimos inmersos en el fluir de la vida, con virus pugnando por alojarse en las células de los seres humanos. Una segunda oleada de pandemia, que ha puesto boca abajo el orden establecido. Orden entre comillas, porque desde nuestra posición infinitesimal en el universo, formamos parte de una naturaleza cuyas leyes se nos escapan.

No vamos a minusvalorar la gran capacidad científica e investigadora de nuestra sociedad, para comprender el porqué de las cosas, pero recuerdo aquel principio que estudiábamos en física, como segundo principio de la termodinámica, y luego también en filosofía, que es la entropía, o lo que es lo mismo, el caos o el desorden inherente al sistema, a la naturaleza.

Por el contrario, la naturaleza humana, es el máximo exponente del orden de millones de células. Sin ánimo de divagar, el devenir de los tiempos ha sometido al hombre a innumerables pruebas, y lo vuelve y lo volverá hacer. Así que seamos conscientes de nuestro paso por la vida, luchemos por la armonía, por el orden, en nuestras vidas, en nuestra sociedad.

Cada vez que nos vapulea una “plaga”, como la crisis sanitaria y la económica en la que estamos adentrándonos, es preciso seguir luchando, descubrir nuevas oportunidades, buscar lo mejor de nosotros mismos, y darlo todo, porque, aunque creamos que tenemos el control, nunca nada es igual. Estamos en una etapa de lamento, incertidumbre y desorden. Muchos han perdido a sus seres queridos, no sabemos hasta cuando puede durar esta situación y no hay un consenso para abordar los problemas, nadie se pone de acuerdo, países, comunidades, partidos…

En este contexto, hemos visto cómo quien lo tenía todo rodado, ha parado en seco, y muchos han pisado el acelerador, aportando ideas, con nuevas propuestas y empresas, y nos preguntamos cómo seguirá en el futuro, si nada volverá a ser igual. Nos queda crecer, y luchar por la vida, que se abre paso, para que sea cada vez más perfecta, inteligente, verdadera, y justa para todos. Luchar por el equilibrio de las cosas, con la conciencia social de que formamos parte de un todo y que tenemos una responsabilidad individual. Atender a las personas, y buscar respuestas a los retos del futuro. Supondrá un gran esfuerzo, y será mucho mejor hacerlo en común, aunar capacidades, porque la riqueza del universo es infinita y los hombres y mujeres hemos sido creados a imagen y semejanza. No tengamos límites, no me cabe duda de que lo lograremos.

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