La semana pasada se celebró la I Convención Empresarial de la provincia para reflexionar sobre el papel de la empresa en el desarrollo de la misma y para conocer un poco mejor qué momento atraviesan los empresarios adscritos a la organización.

En la misma participaron representantes de los distintos sectores y administraciones. Queremos señalar la intervención de Carmen Núñez, miembro del foro masmujeres, comprometida en la Vicepresidencia de la Confederación de Empresarios de Sevilla, que tuvo una participación para profundizar en el sector en el que trabaja, el inmobiliario, donde, por cierto, la representación femenina es muy discreta.

Después de siete años de caídas generalizadas, la producción del sector constructor en España ha conseguido en el año 2017 su segundo ejercicio consecutivo de crecimiento. Fué en 2009 cuando se inició la “caída libre” del sector que ha tardado seis años en frenarse. Concretamente, en Andalucía en este periodo perdimos más de 30.000 empresas que dependían del sector de la construcción, y con ellos más de 350.000 empleos.

Fue en 2015 cuando la producción nacional, en términos nominales, volvió a crecer y alcanzó los 55.000 millones de euros, 1.800 más que el año anterior. Ése fue el año en el que realmente asistimos a un cambio de tendencia en la construcción, tras la fuerte y tremenda contracción vivida en este largo período de crisis que, debemos reconocer que se ha cebado especialmente sobre nuestro sector, desde distintos puntos de vista.

Por una parte, por la práctica paralización de la inversión en infraestructuras públicas y la decisión de los distintos gobiernos de encaminar sus políticas hacia otras exigencias presupuestarias.

Por otra, por las consecuencias de la crisis en el ciudadano, por el camino emprendido en el mercado hipotecario y, muy especialmente, por la reorganización de un sector que ha sufrido la desaparición de miles de pequeñas y medianas empresas.

Entretanto, el mercado inmobiliario no residencial, sigue resultando atractivo para los inversores extranjeros. El stock de vivienda se ha reducido considerablemente y los precios continúan subiendo. Se espera que este dinamismo se mantenga en los próximos años.

El crecimiento económico en 2018 se apoyará en el consumo privado (en el que sin duda influirá una previsible subida de los salarios), y en un crecimiento de la inversión. Todos los sectores contribuirán de forma positiva al crecimiento.

En cuanto al empleo, este año ha traído consigo unas expectativas positivas, impulsado por el auge del sector turístico, la recuperación de la construcción y el incremento de la Oferta de Empleo Público.

Asistimos a un auge en la construcción de nuevos centros comerciales y promociones de viviendas. Todo ello hace que el movimiento económico sea efectivo, lo que trae consigo, necesariamente, la contratación de nueva mano de obra.

Ese movimiento, que comenzó con pequeñas promociones en solares y edificios ruinosos del Casco Histórico de Sevilla, se extiende hacia la periferia, donde todavía quedan suelos pendientes de desarrollo urbanístico.

En este crecimiento, también está jugando un papel importante otro sector, el turismo, que ha experimentado un gran crecimiento en los últimos años. Los proyectos en la construcción de nuevos hoteles y desarrollo de viviendas turísticas están ofreciendo nuevas oportunidades a nuestro sector.

Junto al turismo, otro de los sectores que está impulsando nuestro crecimiento es el de la rehabilitación. Esta actividad ha superado por tercer año consecutivo el volumen de negocio de la edificación de obra nueva. De hecho, la rehabilitación representa en estos momentos el 55,7% del sector, una tasa muy superior a la que representaba hace una década, cuando suponía apenas el 18,2%.

Otro de los pilares sobre el que se está sustentando el crecimiento del sector es la edificación residencial, que poco a poco vuelve a crecer.

Sin embargo, frente al dinamismo que estamos viendo en el sector privado nos encontramos con una absoluta parálisis en las inversiones públicas en infraestructuras, especialmente en nuestra provincia. Son demasiados los años que los sevillanos estamos esperando un nuevo ciclo inversor, cuando han pasado ya más de 25 años de la célebre Expo 92.

Nuestra provincia adolece de obras de infraestructuras necesarias para su desarrollo. Queda muchísimo, en especial en aquellas infraestructuras que consideramos estratégicas, tanto viarias, como ferroviarias, e hidráulicas, entre otras. Como el Metro, los tranvías o la finalización de la Se-40.

Todo ello evidencia que el sector tiene ante sí un gran reto y, por supuesto, las administraciones una gran deuda con la provincia de Sevilla.

En conclusión, el sector está viviendo un momento muy importante de recuperación tras casi diez años de grave crisis económica lo que nos hace mirar al futuro con un moderado optimismo y mostrarnos convencidos de que el sector de la construcción volverá a contribuir al crecimiento de la economía de Sevilla en los próximos años.

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