La cuarentena provocada por el coronavirus ha hecho que todos miremos hacia dentro. Nuestra vida transcurría hacia fuera y estos días están siendo la gran ocasión para cambiar esa mirada. Todos podemos aportar más de lo que pensamos. Con esa actitud, y la mente llena de ideas, me me ti en casa el 13 de marzo.

El teletrabajo ha sido la gran revelación para muchos. Nuestra familia había apostado por esta fórmula desde hace varios años y la cuarentena nos ha cogido a velocidad de crucero. Teníamos la maquinaria engrasada. Más una ventaja con la que antes no contábamos: la disposición de los demás a teletrabajar también. En unas semanas se ha avanzado varios años. Ahora todos hablamos el mismo lenguaje y a nadie le sorprende una conexión radiofónica ni televisiva por videollamada. Algo simple, económico y viable desde hace lustros. Donde antes encontrabas reticencias y escollos, ahora… aceptación y puertas abiertas. No sólo en el ámbito de los medios, sino en casi cualquier sector.

Desde que, a los catorce años, monté mi propia emisora de radio en casa, cuento con un mini estudio radiofónico, que ha ido evolucionando con el avance de la tecnología. Luces cámara y acción…, porque también montamos el plató en el salón, cuando hace falta. La semana pasada escuchaba en la radio un reportaje en el que se contaba cómo las grandes cadenas se habían transformado para afrontar la nueva realidad del confinamiento, para trabajar desde casa. La radio que jamás habíamos imaginado, decía el reportaje. La radio que, tantas veces, había imaginado, le respondí yo al receptor. No han sido pocas, las veces que he propuesto, por mi situación, previa al confinamiento, haber realizado colaboraciones vía internet, que fueron desestimadas, simplemente por ignorancia de esta realidad que ahora todos vivimos. Para personas con discapacidad o algún problema de movilidad, el teletrabajo acerca, vincula y facilita la vida. Se trata de eso, de hacer la vida más vivible. Si esto es real y palpable para todos ahora, imaginad para los que tienen dificultad habitualmente para desplazarse.

Al periodismo y a la cultura se puede aportar mucho desde el confinamiento doméstico y es lo que trato de hacer desde el primer momento.

Como periodista me tocaba informar sobre el coronavirus, pero, además, yo quería contar la intrahistoria de esta cuarentena. La realidad del confinamiento, pero , a la vez, contribuir a poner una sonrisa en el corazón de la audiencia. Con ese objetivo, he creado el ‘

*Diario de un Estado de Alarma’. https://www.youtube.com/playlist?list=PLd4Y-yW2AHeO0vOAeEiG9ahjpQ5huiK3Y

Son piezas radiofónicas que, bajo el formato de un diario, recogen la cotidianeidad de la vida confinada de una familia, la mía y la de mi entorno, desde esta ciudad a los pies de la Giralda. La idea se la propuse al maestro Domi del Postigo, que dirige el programa Días D Andalucía, los fines de semana, en Canal Sur Radio, quien no dudó en recoger el guante. Diario de un Estado de alarma funde la mirada del periodista con la narrativa literaria, que es otra de mis pasiones, sin perder nunca el sentido del humor. Ni siquiera en estos tiempos. En estos tiempos menos que nunca.

He querido aportar también mi granito de arena a la cultura. Con el apoyo de la editorial que siempre me ha acompañado en mis caminos literarios, Ediciones Alfar, pusimos a disposición de los lectores, de forma gratuita, el ebook de mi novela ‘A ciegas en Manhattan’. Durante los días que duró dicha campaña, se produjeron un total de 1492 descargas, lo cual me produce una enorme satisfacción.

Inicié la cuarentena con Poesía, en esos primeros días de frenesí que todos vivimos, cuando aún estábamos aprendiendo a llevar una vida normal sin salir de casa. Una experiencia que siempre quise hacer y que ha encontrado su oportunidad en este tiempo extraño. Habrá más en el futuro.

Recital “Hoy nos quedamos en casa” https://www.youtube.com/watch?v=R9Tg9YVVyAA

Invito a experimentarlo a todo el que lo desee, ya que sumergirse en la palabra poética es una forma magnífica de conectarse, encontrar bienestar y paz en estos momentos de tanta incertidumbre y desasosiego, en los que no sabemos cómo será la nueva normalidad que nos aguarda. Desconocemos cómo será esa nueva normalidad del mañana, pero sí que dependerá, en parte, de cómo demos los pasos hoy.

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