25 Noviembre de 2018. Un año más. Cada mes de noviembre escribimos más, reivindicamos más, salimos más a la calle, nos ponemos más lazos en la solapa, gritamos con todas nuestras fuerzas: “NI UNA MÁS”, sin embargo, el dolor sigue teniendo color, el morado. El morado que producen la marca de los golpes que reciben todavía hoy muchas mujeres; el morado que deja secuelas en el corazón y en las entrañas de quien no puede decir “BASTA” y el morado que deja en la piel el paso de la muerte.

No se trata de ser catastrofista, ni negativista, es ser realista. Andalucía es la comunidad con más mujeres víctimas de violencia de género; en 2017 fueron 34.543, lo que supone una subida del 21,7% respecto al 2016 y con más denuncias presentadas, 35.398. Estas últimas representan el 21% de las denuncias interpuestas en todo el Estado español. Asimismo, la comunidad andaluza registra una de las mayores tasas de víctimas de violencia de género por cada 1.000 mujeres a partir de los 14 años (79,77), estando bastante por encima de la media estatal (66,65). Andalucía lleva a día de hoy 13 mujeres víctimas mortales por violencia de género durante este año.

Como cada año por estas fechas, como si de una tradición se tratase…. Contamos las denuncias, las mujeres golpeadas y las muertas a manos de vándalos y asesinos. ¿Y? ¿Esperamos de nuevo al año que viene para volver a hacer el recuento? Esto no tiene sentido, en un mundo donde la comunicación y las tecnologías están al alcance de cualquiera… nos seguimos encontrando con una gran desinformación, pero, sobre todo, nos encontramos con que los métodos preventivos no están sirviendo y tampoco los políticos y judiciales. ¿En cuántas ocasiones nos encontramos con la noticia de que el maltratador ha infringido la orden de alojamiento y ha conseguido llegar a su objetivo? NO HAY DERECHO. En muchos casos son crónicas de una muerte anunciada y no podemos evitarlo. Estamos a tiempo de arreglar esta situación, pero si las leyes y la política van de la mano.

Otro capítulo que merece reflexión es la prevención, es tarea de todos, pero especialmente de las familias al estar atentos a los síntomas que puedan estar sufriendo muchas de nuestras adolescentes y jóvenes de cualquier clase social y cualquier nivel formativo, los adultos necesitamos formación en este campo y las jóvenes especialmente….. ¡¡¡ Cuántas veces nos dicen las chicas: “es que como me quiere mucho es normal que tenga celos, es normal que me mire el móvil como señal de confianza, le he mandado una foto íntima para afianzar esta relación, mi madre es que se cree que todavía soy una niña,….” Y mil expresiones más que denotan que es una relación, al menos, insana.

BASTA YA DE CONTAR, pongámonos en serio a educar a nuestras niñas, a prevenirlas de que en el amor no todo vale, a poner en la cárcel a los maltratadores y a pedirles a nuestros representantes políticos y judiciales que miren a los ojos de la mujer que le dice: “SÉ QUE ME VA MATAR”.

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